Translate

martes, 22 de julio de 2014

Suris, emús y avestruces en Zoocriadero de Pimentel


Ubicado en el sector Baldera del distrito de Pimentel, en Lambayeque se encuentra el Centro de Rescate de Aves Gigantes. Un lugar de crianza y rescate de aves como el suri,   emú y avestruz, oriundas de la sierra del Perú, Australia y Africa, respectivamente.
Por el costo de seis soles (en caso de los adultos), o de cuatro soles (si se trata de niños), se puede hacer una visita guiada y tener el contacto directo con estas maravillosas aves y conocer mucho de ellas.
 
                                                      Joel demuestra su alegría con este baile


En nuestra visita, encontramos a  Ricardo Castañeda, (gestor e impulsor de esta iniciativa desde 1995), atareado en la recolección de plumas de todas las aves, para enviarlas a un laboratorio y conocer oportunamente el sexo de éstas. “Ahora tendremos el dato  preciso de manera científica a través del ADN, para mejorar nuestros planteles de reproducción”, refiere entusiasta.
 
EL SURI
Castañeda refiere que el visitante pasará primero a realizar el reconocimiento físico de las aves. Empezando por el Suri, nuestra ave ancestral,  (que vive al sur del Perú Cusco, Puno y Moquegua a cuatro y seis mil metros de altura). "Tener un suri  vivo en Pimentel, es un tesoro. Hay poco menos de 400 suris en el Perú y sino las protegemos, y reproducimos apropiadamente, terminará siendo un recuerdo”, comenta.

En el centro de rescate sólo hay una pareja de suris (hembra y macho) que ya están en edad adulta. Tienen dos años de edad y los trajeron recién nacidos para que se adapten al clima cálido de Pimentel. Todavía no ponen huevos pero ya son adultos y pronto empezarán su reproducción.
El suri, también está en el zoocriadero de Pimentel
 

AVESTRUCES

El zoocriadero de Pimentel, fue un proyecto iniciado en 1995, que recién se cristalizó en marzo de 1997, con el ingreso al Perú (por primera vez), de once avestruces africanos bebés. Los ejemplares se instalaron en el sector Baldera de Pimentel, donde se logró su plena adaptación.

Avestruces plenamente adaptadas
Según nos explican, las avestruces no presentan mayor diferencia hasta el año de edad, cuando el plumaje del macho, (inicialmente gris) se torna negro, mientras que sus patas y pico, adquieren un color rojo. En el caso de las hembras, el color gris de su plumaje  se mantiene durante los 80 años que tienen como periodo de vida.

En caso de las aves gigantes (emú, suri, avestruz y casuario), es el macho quien construye el nido e incuba los huevos que pone su pareja.  El avestruz por ejemplo,  incuba los huevos durante 42 días, periodo en que el ave no come ni bebe. Solo se mantiene gracias a un aceite que lleva en el vientre y que se activa dando 37 grados de calor a los huevos, constituyendo además, su reserva de vida.

LOS EMÚS

Luego de la exitosa experiencia con los avestruces africanas, Castañeda apostó en la producción del emú, ave gigante de origen australiano, que llega a medir hasta un metro ochenta de altura. En medio de todas las aves de su especie, destaca “Blanca Nieves”, domesticada para que los visitantes puedan abrazarla y tomarse fotos con ella. 

La emú Blanca Nieves, domesticada para ser acariciada por los visitantes
“El sexo de los emús tampoco se distingue a simple vista. Pero si el sonido que emite es como un tambor es hembra,  y si suena como una moto lineal es macho. Viven 35 años y la hembra pone huevos cada dos días”, nos explican.

Castañeda dice que se proyecta también traer casuarios, de Nueva Guinea, para completar la meta de  producir las 4 aves gigantes corredoras del mundo, en la zona.

¿PARA QUE SIRVEN?

Luego de pasear por los corrales alimentando con alfalfa a las aves y reconociendo sus características físicas, pasamos a un ambiente donde se observa una  segunda etapa en la crianza de las aves gigantes: la transformación. Nada se desperdicia. La carne de avestruz se aprovecha, y a disposición de los visitante, se ofrecen platos en base a ésta, como el bisteck encebollado o a la parrilla, el lomito saltado, entre otros.

Los huevos del avestruz, usados en un 99% para la producción. Sirven al 1%, también como alimento. De un huevo salen ocho tortillas gigantes (equivalentes a 20 o 30 huevos de gallina), cero colesterol.

El cascarón tampoco se pierde pues tanto los huevos del avestruz, suri y emú tienen bellos colores y sirven para artesanías. “Cuando queremos una tortilla de huevo de avestruz, agarramos un clavo y con el martillo hacemos un orificio y retiramos el contenido. El cascarón no se raja ni rompe pues tiene mucho calcio y es usado para hacer bellos trabajos, como lámparas”, nos comentan.

De la piel de avestruz se obtiene cuero para zapatos, carteras, casacas, etc
La  piel del avestruz no es comestible, y al ser dura, (como la de un caballo), se lleva a una curtiembre, en Trujillo, para la confección zapatos, carteras, casacas, billeteras, monederos, etc. Los productos se distinguen por llevar unos pequeños orificios que son los folículos de la base de las plumas extraídas al ave, antes del proceso.

La plumas del avestruz también se aprovechan. Las grandes son teñidas en colores distintos y se exportan al Brasil. Las más pequeñas, se usan para hacer aretes, llaveros, adornar lapiceros entre otros.

Don Ricardo afirma que inicialmente existe desconfianza sobre de las bondades que tienen las aves gigantes, pero cuando los visitantes comienzan a ver, tocar y probar, ¡cómo se entusiasman¡.

Lámparas de varios diseños se hacen de los cascarones de huevos de avestruz
 

4 comentarios: