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miércoles, 31 de enero de 2018

El sorprendente complejo Cumbemayo


A 20 kilómetros de la ciudad Cajamarca, y a 3,500 metros sobre el nivel del mar, se encuentra un lugar donde la naturaleza esculpe las piedras y donde hay obras pre-incas que intrigan y sorprenden.

Se trata del Complejo Arqueológico Cumbemayo, con su famoso bosque de piedras donde se imponen “Los Frailones”, (enormes rocas que asemejan a un grupo de frailes en silencioso peregrinar por la llanura). Y que además conserva una estructura hidráulica pre-inca, de 1, 500 años antes de Cristo, denominado canal "Cumbemayo”, vocablo quechua que significa rio fino o canal de agua bien hecho.
Bajando por una escalera de piedra, y atravesando un túnel natural, breve, estrecho y oscuro, (donde nuestro guía sugiere pedir un deseo), empezamos el recorrido al Complejo. Una roca en forma de un sapo descomunal, en cuya boca se guardan petroglífos indescifrados, nos da la bienvenida. Luego de recrear la vista, el olfato nos impulsa a avanzar, llegando a una aromática casita, donde podemos comprar chicharrones, queso, cancha, choclos o bebidas, para seguir el recorrido.
Descomunales.- Formas humanas y de animales desatan la imaginación de los visitantes.
José Eliseo, es un orientador de la zona, y por 35 soles, conduce a nuestro grupo de cinco personas, hacia el Bosque de Piedras, donde destacan Los Frailones. Inmensas estructuras de roca volcánica, llamados así pues asemejan a gigantescos frailes encapuchados, peregrinando en el desolado paraje. “Son rocas esculpidas naturalmente, gracias a la erosión”, comenta nuestro guía., quien avanza sin rastro de fatiga, parando sólo para señalar otras formaciones rocosas donde destaca: un pirata, un gigante durmiendo, diversos animales, iglesias, castillos y otras tantas figuras descomunales, en medio de un bosque fabuloso que despierta la imaginación, y el miedo genuino de perdernos de noche en un sitio, donde se evidencia nuestra pequeñez en el mundo.
Los Frailones..- Semejantes a frailes peregrinos, inmensas piedras volcánicas de hasta 20 metros de altura, se erigen en el Complejo Cumbemayo.
Caminando un poco más, encontramos a niñas tejedoras demostrando su labor y ofertando coloridos trabajos en lana de oveja. No faltan los caballos, donde más de un turista, perdiendo el miedo inicial, se monta para una foto en pose de jinete experimentado. Más trajín y ya estamos junto al canal  Cumbemayo, Una impresionante obra de ingeniería hidráulica del periodo pre-inca (Del tiempo de Los Cajamarca, en su periodo formativo allá por el año 1000 aC). Es un acueducto labrado sobre roca volcánica, decorado con enigmáticos petroglifos.
La ruta del agua.- El sorprendente canal  tiene 9 kilómetros y además de fines agrícolas, habría tenido motivos religiosos.
“Con tecnología primitiva se consiguió una obra de ingeniería perfecta que duró siglos”, recalca Eliseo, mientras se toma el tiempo para mostrarnos los petroglifos tallados en el canal y que tienen con formas de cruces, una estrella y lo que parece ser la cabeza de una serpiente.

                              

                               
Petroglifos.- Cruces, estrellas y más, decoran el canal pre-inca existente en la zona

Comenta que dicho canal tuvo antiguamente, una extensión de nueve kilómetros que llegaba hasta el pie del cerro de Santa Apolonia y fue identificado como resto arqueológico en 1937 por el padre de la arqueología peruana, Julio César Tello. “En la actualidad se conserva en óptimas condiciones apenas un tramo de  800 metros de dicho acueducto, en el que sobresale un tallado rectangular casi perfecto. Además de un diseño en forma de zigzag, que regula la velocidad del agua, evitando la erosión del canal”, nos ilustra.
"Algunos estudiosos de Cumbemayo, señalan que dicho canal además de fines agrícolas también tuvo
motivos religiosos. Esto se demostraría, con la piedra de sacrificio que hay cerca al canal, donde se habrían
sacrificado llamas, entre otros animales", dice Eliseo y refiere que con la sangre recogida se habrían
regado los campos y rendido culto a dioses como el sol, la luna y la Pachamama.
Nuestro recorrido culmina en El Santuario. Una enorme piedra que asemeja una cabeza humana, donde en
la parte correspondiente a la boca, se aprecian más petroglifos. Más de dos horas pasaron y la visita al Complejo Arqueológico Cumbemayo ha terminado. Los visitantes seguimos llenos de preguntas, en medio de un escenario imponente, que nos retorna a un pasado milenario que aún cautiva, intriga y sorprende.

EL DATO
Previo pago de cuatro soles (adultos) y un sol (niños),en dos o tres horas de recorrido, los visitantes podrán
conocer los principales atractivos de esta zona arqueológica.. Se recomienda ir en grupo y contratar un guía u
orientador (hay varios que ofrecen sus servicios en el lugar)..

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