Más de 4 mil pobladores de cuatro
pueblos jóvenes del distrito de José Leonardo Ortiz-JLO, en Chiclayo deberían
estar beneficiándose de una millonaria obra que los dotaría de agua potable y sistema de desagüe, sin embargo están muy afectados, extrayendo agua insalubre de pozos y
piletas artesanales, con sus desagües acumulándose en buzones sin tapas, viviendo en medio del
peligro y la contaminación que les dejó una nefasta obra inconclusa
En un enorme cartel, ubicado al
ingreso de la ampliación Santa Lucía, podemos
encontrar el origen de su desgracia: la “Creación de la red de agua potable y
alcantarillado con conexiones domiciliarias en los pueblos jóvenes: Señor de la
Misericordia, Ampliación Santa Lucía, El Nazareno y Nuevo Horizonte”, un trajinado
proyecto de saneamiento que después de muchos años de gestiones y enredos, fue
declarado viable el 26 de enero del 2019, con un presupuesto que a mediados del 2020, se elevó
a 3 millones 967 mil 927.69 soles.
La algarabía por la ejecución de
este proyecto, que elevaría la calidad de vida de 4 mil personas, aumentó cuando el 18 de agosto del 2020, el
alcalde de José Leonardo Ortiz, Wilmer Guevara Díaz recibió un enorme cheque simbólico
por 2 millones 355 mil 716 soles, de manos del Coordinador de la Oficina de
Atención Ciudadana del Ministerio de Vivienda en Lambayeque, Carlos Guanilo
Ramírez, como una muestra del compromiso del gobierno en el financiamiento de
tan anhelada obra.
Para la ejecución de los
trabajos, luego de una licitación pública, el gerente municipal, Guiller Pérez
Cabrera suscribió, el 20 de octubre del 2020, el contrato No 001-2020-MDJLO-CS con
el Consorcio San Gabriel (integrado por las empresas Corporación Xiany SAC y
Constructora Sipán), representado por Luis Héctor Vilca Yarma. El contrato fue por 3 millones 796,555.24 nuevos soles y
tuvo vigencia recién el 24 de noviembre del 2020, pactando que la obra
concluiría en seis meses, es decir, el 25 de mayo del 2021.
Para garantizar el correcto
avance de los trabajos, la Empresa Prestadora de Servicios y Saneamiento de
Lambayeque, suscribió un contrato con el Consorcio Nuevo Horizonte, (integrado
por Eduardo Reynaldo Fernández Zamora y Jorge Alejandro Pérez Acuña) que por S/ 171,372.00 soles, se encargaría de
supervisar la millonaria obra.
Pese a todas las formalidades, según
Giuliana Vanesa Arévalo Guevara, teniente gobernadora del pueblo joven El
Nazareno (uno de los lugares que se beneficiaría con los trabajos), el Consorcio
San Gabriel dejó la obra el 09 de junio del 2021 y su población quedó en medio de huecos, desmontes, buzones abiertos e inconclusas instalaciones de agua y desagüe. “Una tubería ya se rompió y el agua sale y
sale, los desagües huelen, los buzones apestan, hay cerros de desmontes por todas partes”, afirma
mortificada. Y no es para menos.
Recorrimos el pueblo y la gente salía de sus casas a reiterar la agonía que sufren día a día, contándonos
adicionalmente que ya hubieron accidentes de niños, ancianos y hasta jóvenes,
que se caen y tuercen sus pies entre tanto hueco y desmonte.
Además se encuentran muy afectados con la tierra y los diversos focos de contaminación dejados en la
zona.
Los moradores refieren que antes
que se ejecutara la obra, algunos si contaban con agua en sus viviendas, gracias a instalaciones
provisionales que ellos mismos financiaron y que los conectaban a una red
matriz de la Empresa Prestadora de Servicios y Saneamiento-EPSEL, que les dio
las facilidades, a falta de un proyecto integral. Otros no tenían dichas conexiones y recogían
agua de algunas piletas instaladas en la zona, de las que ya pensaban
despedirse, tras la ejecución de la obra.
“Seguimos usando piletas y algunos
que tienen sus conexiones antiguas, están excavando zanjas para reconectarse a las redes pues: ¡cuándo
retomarán los trabajos!”, sostienen desconfiados.
Nos cuentan que antes de la obra,
las familias contaban con pozos ciegos, pero ahora les dejaron instalaciones de
desagües inconclusas que constituye otro riesgo.
“Algunos han taponeado en sus casas pues salen olores fétidos y en el caso de
los buzones de las calles, están sin tapas y
van llenándose. Muchos estamos arrojando
las aguas sucias a las calles,
pues no tenemos otra alternativa”, declaran.
Según la teniente gobernadora de
El Nazareno, existen serias dudas de la solvencia del Consorcio San Gabriel
pues los propios maquinistas y trabajadores decían que no les pagaban a tiempo:
“cada quince días hacían una excavación y paraban. A los trabajadores recién les
han cancelado sus sueldos de abril. No es posible que luego de tantos años de
esperar una obra, vengan y nos dejen en riesgo. Hace unos años nuestro pueblo se
inundó a consecuencia de las lluvias y ahora, con los buzones sin tapa y llenándose,
tenemos miedo de colapsos e inundaciones”, refiere.
SIN INSTALAR. En El Nazareno también encontramos este buzón en plena calle
¿NUEVO HORIZONTE?
Avanzamos a Nuevo Horizonte, otro
pueblo joven “beneficiado” con la esperada obra y donde también la pasan terrible.
Los moradores indican que el alcalde Wilmer Guevara, llegó a la zona el
pasado 27 de junio y les dijo que se iba a reunir con los dueños
de la empresa, pero hasta el momento
desconocen los resultados “ya en el pueblo no hay nada de maquinaria, ya se
fueron los trabajadores. Hasta donde sabemos en
el almacén han quedado algunas cosas: palanas, carretillas, tuberías
pero no en la cantidad deseada”, indican.
ALCALDE.-Wilder Guevara se reunió con vecinos afectados pero no dijo si obra continuará/Foto: MDJLO
De acuerdo a los pobladores, el alcalde
habría ofrecido que el municipio
concluiría la obra en caso el consorcio no la culminara. “¿cuándo será?”,
refieren decepcionados.
¡MISERICORDIA!Terminamos en el pueblo joven
Señor de la Misericordia y aquí tampoco tuvieron piedad. Los vecinos, no gozan del agua potable y los han dejado con huecos en las puertas de sus casas,
veredas rotas y tubería expuesta. Así también con buzones antiguos y desmontes, ocupando sus ya polvorientas calles.
Según Joel Chávez, morador del
lugar, en la zona existen menos de 40
inmuebles que a la fecha ya deberían contar con agua, desagüe y sus respectivos
medidores, pero los trabajos están inconclusos y lucen deficientes.
Lo secunda, su vecino José Bustamante que no se explica por qué una millonaria y supervisada obra, los dejó en una peor situación de la que se encontraban.
Hasta el cierre de este informe
no logramos obtener respuesta ni del alcalde Wilmer
Guevara ni de funcionarios del EPSEL.